viernes, 5 de mayo de 2017


2.1. La cultura y la historia de la sexualidad.

 c) La educación sexual en nuestra era.

- Los embarazos no deseados: una sexualidad adolescente que mantiene las facetas antiguas del patriarcado.

 El embarazo no deseado es aquel que se produce sin el deseo y ante el fallo
de métodos anticonceptivos precoitales adecuados y la inefectividad o no administración de métodos anticonceptivos de emergencia posteriores al coito que prevengan un posible embarazo.
Ante un embarazo no deseado y atendiendo a los principios de salud reproductiva de la OMS, la mujer puede continuar con la gestación y llevar a término el embarazo o, si la legislación vigente del país o territorio lo contempla, practicar una interrupción voluntaria del embarazo o aborto inducido, ya sea mediante un aborto con medicamentos o un aborto quirúrgico, dependiendo del periodo de gestación y siempre con la asistencia sanitaria adecuada.1
En todo el mundo, el 38 % de los embarazos son no deseados, el 21 % de ellos se da en adolescentes (de los cuales entre el 30 y el 60 % terminan en un aborto); unos 80 millones de embarazos no deseados cada año de un total de 210 millones de embarazos en todo el mundo.2



2.2. La sexualidad individual: las formas de masturbación.

Recomendaciones desde el punto de vista de la salud. 

La masturbación, tanto femenina como masculina, es la estimulación de los órganos genitales con el objeto de obtener placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. La masturbación puede realizarse por uno mismo, en solitario o sobre los genitales de otra persona, como ocurre en la masturbación mutua.

La masturbación suele efectuarse con las manos o mediante el frotamiento de los genitales con algún objeto, como los llamados «juguetes sexuales».




2.3. La sexualidad comunicativa.

 a.3) La sexualidad como expresión del amor. Características.

En nuestra cultura la sexualidad humana ha sido reducida y estereotipada de dos formas distintas que, en realidad, son las dos caras de una misma moneda, ya que ambas han nacido en el corazón mismo de la lógica patriarcal. Por un lado, se la ha reprimido a través de un código estricto y moral de conducta, en el cual se ha pretendido controlar el deseo y el placer femeninos con la figura de la "mujer privada", o sea, de la mujer que es esposa de un solo hombre. Con este control, determinados hombres han buscado tener cierta garantía (nunca del todo cierta) sobre la paternidad de cada criatura que nace.
 Despertar la capacidad humana de entrar en una comunicación más profunda con otro ser humano, de expresar y escuchar cuidadosamente sentimientos y pensamientos, sin que la palabra se escinda del cuerpo, de respetar y cuidar al propio cuerpo y también a los otros cuerpos, es, no sólo despertar la sexualidad, sino también el amor. Lo que queremos decir es que amor y sexualidad son dos capacidades que, aunque no son lo mismo, beben de la misma fuente.

 



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